Siempre es interesante conocer la historia narrada por aquellos que estuvieron en primera línea del protagonismo, como es el caso. Speer estuvo muchos años en Spandau y para lo bueno y lo malo, construyó una historia muy completa. Lo negativo es que la usó para presentar su imagen de tecnócrata ajeno al holocausto, que le sirvió toda su vida, desde Nuremberg. Lo positivo es que el resto del relato de sus memorias son retratos con una calidad histórica insuperable de lo que fue la Alemania nazi. Muy recomendable.

Es interesante históricamente y profundo sentimentalmente. Cuenta algunas anécdotas personales de Adolf Hitler y de su entorno como arquitecto jefe de Hitler y ministro de armamento del régimen nazi en plena guerra. El diario refleja también una mente que va decayendo debido al encarcelamiento y aislamiento aunque también una lucidez y capacidad de resistencia física y mental muy considerables. Fué un destacado personaje de la segunda guerra mundial como arquitecto jefe de Hitler y creó grandiosos edificios y símbolos nazis como la Cancillería del Reich o el Campo Zeppelín.