A principio de los años noventa Magrinyà publicó en la editorial Debate sus dos primeros libros de relatos, Los aéreos y Belinda y el monstruo; fueron recibidos con entusiasmo por la crítica y situaron al autor en un lugar muy relevante dentro de su generación. Relatos en los que con una sintaxis compleja, aguda y llena de malicia se retrataban «las almas interiores» de personajes sometidos a las condiciones de una educación restrictiva y a un proyecto existencial predecible. El juego de rupturas y el agrietamiento de estas expectativas hacen de los relatos de Magrinyà una lectura repleta de inteligencia y atractivo. Este libro, además de los cuentos publicados en los dos volúmenes señalados, recoge cuatro piezas narrativas inéditas.