Caballeriza relata una historia inquietante y enigmática: en un ambiente a la vez realísimo y turbador de caballistas, se desarrolla una peripecia cercana al thriller, en la que no faltan ni la intriga ni la violencia ni el crimen, que encierra una desasosegadora parábola alegórica de la situación del individuo —y más particularmente del «raro»— en un mundo desolado y agresor. La escritura de Rodrigo Rey Rosa alcanza aquí su más depurada y magistral concisión: todo está dicho en cada palabra, y también entre líneas, y la eficacia del relato es tanto mayor cuanto que los recursos expresivos, cuidados y contenidos al máximo, otorgan un realce a la vez casi hiperrealista y onírico a lo narrado, esa extraña pesadilla de odio, deseo y muerte en un universo de jinetes posesivos, prepotentes y aun delictivos.