Seguramente la mejor novela distópica de todos los tiempos. Como libro profético, es interesante analizar qué tanto se ha cumplido. Lo primero que cabría decir es que Orwell está lógicamente muy influenciado por las contiendas bélicas de su tiempo y por el auge del comunismo, dos facetas que no han ido a más, sino todo lo contrario. Ni estamos en la dictadura del proletariado ni en una guerra (convencional) perpetua, con un menor poder del estado y mayor del sector económico-financiero. Lo curioso es que, pese a que el contexto es otro, muchas predicciones son correctas: persisten las élites, se incrementa la desigualdad, la sociedad habla en neolengua y está, no diría idiotizada, pero sí infantilizada y narcotizada, existe un relato oficial, y la historia no hace falta reescribirla porque, lo que es peor, se ignora. En este sentido, acierta más el "modo Huxley": no es necesaria la vigilancia, ni la tortura, ni el conflicto, ni la adoración al líder ni el enemigo común, sino que es suficiente con herramientas más de tipo anestésico como el hiperconsumo, el ocio barato, la desinformación generada por tanta abundancia de datos o la falta de privacidad voluntaria de las redes sociales. Es decir, bajo el "liberalismo", se han conseguido casi los mismos efectos que con el totalitarismo, con lo cual, quizás el problema no está tanto en el sistema como en la propia naturaleza humana.
hace 3 años
45
-8