Los vampiros de Wellington poco tienen que ver con la imagen romántica o gótica que reflejan Stoker, Andújar u otros autores. En su saga los vampiros son criaturas albinas, de fuerza descomunal, orejas puntiagudas y una boca llena de dientes terroríficos a los que ciega su sed de sangre. Por no hablar de lo poco “delicados” que son a la hora de alimentarse. También la protagonista, Laura Caxton, es un personaje particular. Una detective que lucha por mantener una buena relación con Clara, su pareja, pese al poco tiempo que pueden pasar juntas porque ahora Laura es la única experta en la caza de vampiros que queda con vida. Éste es el tercer libro de la saga. Y con ese final tengo muchas ganas de saber qué pasará en el cuarto ...
hace 10 años