Un Río, un Amor, dictados por un impulso similar al que animaba a los superrealistas. Ya he aludido a mi disgusto ante los manierismos de la moda literaria y acaso deba aclarar que el superrealismo no fue sólo, según creo, una moda literaria, sino además algo muy distinto: una corriente espiritual en la juventud de una época, ante la cual yo no pude, ni quise, permanecer indiferente. ...Que por encima de estos y esos muertos Y encima de estos y esos vivos que combaten, Algo advierte que tú sufres con todos. Y su odio, su crueldad, su lucha, Ante ti vanos son, como sus vidas, Porque tú eres eterna Y sólo los creaste Para la paz y gloria de su estirpe...