«Un cura casado» menos popular tal vez que «Las diabólicas» otra de las obras fundamentales del autor, concentra, sin embargo, de modo más claro el universo imaginario aurevilliano, emparentado con el Romanticismo de la decepción: ese rechazo furibundo de su momento histórico y la negación del futuro. Las figuras de Jean Sombreval, el cura renegado poseído por el ansia del conocimiento científico, y de Calixte, como encarnación de la virtud y dotada de la fuerza de las mujeres pasionales que recorren las páginas de las obras del autor, no dejaron a nadie indiferente: Zola le reprochó haber escrito una «encendida defensa del celibato eclesiástico» mientras que el arzobispo de París prohibía su venta al público.