A finales de 2018 se recortaron más de 28.000 millones de libras como resultado de las políticas del Gobierno británico sobre seguridad social, vivienda, empleo y atención médica, específicamente dirigidas a la comunidad discapacitada. En la era de la austeridad, las personas con discapacidad son las más afectadas y son casi cuatro millones en el Reino Unido. Esto se suma a una situación en la que la mitad de los pobres son discapacitados o viven con una persona discapacitada. Ryan cuenta la historia de las personas más afectadas por este régimen devastador, que han sido silenciadas con demasiada frecuencia: un hombre tetrapléjico que se ve obligado a gatear por las escaleras de su casa porque su ayuntamiento no le proporciona una vivienda accesible, una joven que duerme en su silla de ruedas y que ingresó en el hospital con desnutrición porque los recortes le quitaron el cuidador que la ayudaba a acostarse o a cocinar o una joven con trastorno bipolar forzada a recurrir al trabajo sexual para sobrevivir. A través de estas historias personales, Ryan expone la magnitud de la crisis, al tiempo que muestra cómo la comunidad discapacitada está luchando por sus derechos. Y traza un guion de cómo en los últimos años la actitud pública hacia las personas con discapacidad ha pasado de la compasión al desprecio.