Este libro es un acto de gracias a trece artistas y a un dios -y una lágrima por las desventuras sociales de las comunidades hispanoamericanos. José María Arguedas, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Juan Carlos Onneti, Octavio Paz, Héctor Rojas Herazo, Juan Rulfo, Ernesto Sábato, Jaime Sabines, Cesar Vallejo, Mario Vargas Llosa... Todos ellos hispanoamericanos y maestros en el arte de emocionar a las palabras españolas. la justicia podría agregar algunos nombres. La justicia no podría suprimir a ninguno. Me ha parecido consecuente abrochar este libro de admiración, de gratitud, y, en ocasiones, de fervor, con unas páginas de homenaje a una de las palabras más estremecedoras de la América prehispánica: Quetzacóatl. Es una palabra sagrada. Los artistas celebrados en este libro refuerzan la dimensión ceremonial de ese acontecimiento, a la vez íntimo y civil, que es el habla.