Aviso: esta es una reseña del segundo libro de una saga, aunque no contiene spoilers del primer libro porque son historias bastante independientes. Hay libros que coges sabiendo que vas a acabar con una sonrisa y este es uno de ellos. Después de la primera parte, tenía muchas ganas de ponerme con la secuela, y me alegra que no me haya decepcionado. El humor durante la narración sigue presente, sin ser excesivo y manteniendo la tensión, pero logrando que la historia se haga ligera y muy entretenida. Creo que este es el punto fuerte de la obra, Stevenson tiene una pluma muy divertida y con cada libro suyo me gusta más. Ernest es un personaje muy gris, que puede hacerse un poco pesado en este libro por algunas decisiones que toma. A pesar de estos momentos en los que quieres darle una bofetada para que espabile (sobre todo en el tema amoroso), el propio Ernest como narrador se lo toma con humor y se critica a sí mismo, por lo que no puedes evitar acabar congeniando con él. Es cierto que siento que no es un personaje que crezca mucho en comparación con el primer libro, pero sigue siendo un protagonista divertido y más inteligente de lo que él mismo se cree. Esta secuela me ha gustado mucho, está a la altura del primer libro y tiene algún giro de la trama muy interesante. Es un libro de lectura fácil, es muy entretenido y te engancha desde la primera página. Veremos qué le espera a nuestro querido Ernest en el siguiente libro. Irbis.
hace 1 mes