Vicente Molina Foix propone en este libro un recorrido por las numerosas y a menudo sorprendentes interpretaciones, invectivas, delirios o apropiaciones que Tintoretto ha inspirado a los literatos desde el propio siglo XVI hasta la actualidad, incluyendo también un apéndice sobre las respuestas que su arte generó entre los pintores, no menos extremas -de la admiración rendida de Velázquez al desdén sospechoso de Picasso- que las de los escritores. De todos los artistas con leyenda en la historia del arte, Tintoretto es el único que la debe exclusivamente a su pintura. Causó sensación pronto, provocó adhesiones y fobias en todas las edades, inspiró fantasmagorías libertarias o maniáticas a más de un escritor del siglo XX, y fue motivo en el XIX de cuadros anecdóticos al estilo 'pompier' que le tenían de protagonista piadoso o maligno. Todo ello sin necesidad de matar a nadie en riñas de taberna (como Caravaggio), de servir de agente secreto a los grandes monarcas europeos (como Rubens), de sufrir persecución judicial por sodomita (como Leonardo da Vinci), de ser jerifalte de una revolución (como Delacroix) o famosa mujer maltratada 'avant la leerte' (como Artemisia Gentileschi), de destruir a los 34 años toda la obra pintada para recomenzarla (como Francis Bacon), o auto-destruir, en un suicidio artístico tal vez, la propia vida empantanada en el alcohol (como Jackson Pollock).