Silas Marner es un hombre desdichado que, tras un desengaño amoroso y social, huye de su ciudad y se instala como tejedor en el pueblo de Raveloe, donde lleva una vida tranquila, aunque solitaria y desarraigada, dedicándose en cuerpo y alma a trabajar y acumular dinero. Un buen día sus ahorros desaparecen y, poco después, como si se tratara de un trueque del destino, aparece una niña abandonada a la que adopta. Los cuidados que le procura y su educación cambiarán su vida. Esta historia, admirada por Henry James, Virginia Wolf y la propia reina Victoria, fue considerada por la crítica como una verdadera obra maestra y recrea magistralmente tanto la Inglaterra rural de la época como los entresijos del corazón humano.