Dos figuras capitales del pensamiento contemporáneo, el filósofo Gilles Deleuze y el psicoanalista Félix Guattari, han escrito conjuntamente tres libros que han significado sendos hitos fundamentales: El Anti-Edipo (1972), Mil mesetas (1980) y, recientemente, ¿Qué es la filosofía? (1991), un libro que «condensa todo lo que los autores han querido hacer hasta ahora, tanto conjunta como separadamente», en palabras de Didier Eribon. La filosofía no es contemplación, ni reflexión, ni comunicación. Es la actividad que crea los conceptos, afirman Deleuze y Guattari. ¿Cómo se distingue de sus rivales, que pretenden proveernos de conceptos (como la mercadotecnia en la actualidad)? La filosofía tiene que decirnos cuál es la naturaleza creativa del concepto y cuáles son sus concomitantes: la mera inmanencia, el plano de inmanencia y los personajes conceptuales. Con ello, la filosofía se diferencia de la ciencia y de la lógica. Éstas no se rigen por conceptos sino por funciones, en un plano de referencia y con observadores parciales. El arte se rige por preceptos y afectos, en un plano de composición de figuras estéticas. La filosofía no es interdisciplinaria; es, en sí misma, una disciplina completa que entra en resonancia con la ciencia y con el arte, como éstos con ella: encontrar el concepto de una función, etc. Lo que sucede es que los tres planos son las tres maneras que tiene el cerebro de coincidir con el caos y de afrontarlo. Se trata de los Caiodes. El pensamiento sólo puede constituirse en esta relación en la que siempre corre el peligro de abismarse.