«Goya vio a Hitler antes de que Hitler viera a Goya». Con esta frase contundente comienza la novela Pistas falsas que ambientada en un futuro no tan distante, 2029, narra la historia de un antropólogo chino que «cansado de trabajar en excavaciones en su país para extraer libros de contabilidad e informes sobre catástrofes ecológicas escondidos por empresas fraudulentas, decidió retomar sus estudios de español en el Instituto Cervantes y viajar a América Latina». En el mundo que nos muestra García Canclini, las grandes guerras se libran en el ciberespacio, catástrofes naturales han dado al traste con archivos milenarios, las interacciones sociales discurren casi exclusivamente en las redes socio-técnicas, bajo permanente vigilancia, y las ciudades se han transformado en un tenue campo de batalla entre inmigrantes, exiliados, apátridas y los dueños del capital. Entre las lúcidas y corrosivas teorías antropológicas y sociales que expone García Canclini, que desnudan sin concesión y con brillantez los ejes rectores del mundo de hoy, se cuela una historia de amor entre el protagonista y una antropóloga argentina, Elena, a quien ha conocido en el circuito de conferencias en el que participa. Ambos, imbuidos en una inexpugnable soledad, tratarán de reconfigurar una idea del mundo tolerable a partir de la improbable posibilidad de estar juntos.