Novela entretenida, aunque el final me ha parecido precipitado y en parte mal hilado con el resto de la trama. No doy razones porque no quiero destripar la novela.
hace 2 añosUn concejal del ayuntamiento de San Sebastián se arroja a las vías del tren en Intxaurrondo al paso de un mercancías. La inspectora de la Ertzaintza Maialen Guevara se hace cargo del supuesto caso de suicidio. Paralelamente Lorena Fernández, una detective privada madrileña, acude a la capital guipuzcoana para esclarecer el fallecimiento de un profesor de primaria unos meses antes, a petición de la familia del mismo. Ambas coincidirán en las averiguaciones y se establecerá un vínculo cercano entre ellas, que hallarán un nexo común en ambas muertes tan dispares. Cuando la todopoderosa iglesia vasca aparece salpicada y en el trasfondo asoma una posible red de pederastia infantil, la investigación da un giro sustancial llevando a las investigadoras a explorar un submundo oscuro de la Dark Web. Mientras, la cercanía de Lorena hace que la inspectora Maialen se replantee la relación con su novio y llegue incluso a cuestionarse su propia sexualidad.
Novela entretenida, aunque el final me ha parecido precipitado y en parte mal hilado con el resto de la trama. No doy razones porque no quiero destripar la novela.
hace 2 añosCrítica de Amazon: Jordi Valero Donostia, esa Bella Easo que se asoma al mar, no se escapa de tener suicidios. Y asesinatos. E incluso pudiera ser que hubiere asesinatos disfrazados de suicidios. El cuerpo de un político, un edil municipal, se ha encontrado desperdigado a trozos después de que lo embistiera un tren y le corresponde a la Ertzaintza, y en concreto a la inspectora Maialen Guevara, dilucidar si es uno u otro. Suicidio o asesinato, ya que no cabe el accidente. Pero igual que no se debe mover una piedra en el desierto, so pena de encontrarse un huésped dañino, no debería abrirse una investigación sin tomar precauciones. De ahí el título. No toda la mitología es mito. Maialen y su compañero van a recibir una ayuda inesperada de una detective privada madrileña cuya investigación podría tener elementos en común. Con lo que el abanico va abriéndose lentamente para mostrar entre varilla y varilla la sección de país que muestra el dibujo en toda su ominosa magnitud. Pandora es una novela negra en la que lo dañino está más en lo que se infiere que en lo que salta a la vista y es que el argumento de Pandora tiene base real y, tal vez por eso, remueve aún más el interior de quien se acerca a su lectura. Pandora es una novela negra que denuncia, sin ambages, el execrable comportamiento de pederastas y pedófilos, que se mueven entra las sombras del internet oscuro; y el rechazo a mujeres lesbianas, especialmente en cuerpos y fuerzas de seguridad. Y les pone el acento y la tilde para que quede claro que ahí están: uno para ser penado severamente en aras de su erradicación y el otro para ser integrado con total normalidad sin atisbo de reticencia. Y lo hace sin perder un ápice su intención de entretener y emocionar, prueba superada, al tiempo que incita a la reflexión sobre el comportamiento de la especie humana. Esa que siempre está presta a medir con doble rasero optando a cum laude de hipocresía. Jesús María Sáez, hábil compositor de distintas melodías, como el cosmopolita thriller Siberia o la novela negra Poniente, ambas reseñadas en este blog, ofrece ahora una nueva novela negra tratando temas que la sociedad parece no querer afrontar. Lo hace con un redactado de estilo directo que facilita una lectura rápida y comprensible y dando vida a unos carismáticos personajes con los que es fácil solidarizarse. Hay una buena puesta en escena del procedimiento policial y de las relaciones personales dentro y fuera de la profesión, que da cohesión al conjunto, alejándose de esa imagen preconcebida de la soledad que acompaña al elenco policial. Y para quien desee una inmersión más completa, el autor sugiere acompañar la lectura de, algunos capítulos con banda sonora y para ello aporta un código QR.
hace 2 años