Los 8+1 casos de Poirot (¡el título nos engaña!) tienen un talón de Aquiles: son repetitivos en la fórmula que organiza la trama. Pero esa insistencia en el esqueleto de la narración no desdibuja todas las virtudes que posee cada historia: la minuciosidad en detalles inadvertidos no solo para los personajes (excepto para Poirot, claro), sino también para el lector; la ironía sutil, persistente; la mordacidad elegante con que se presenta lo británico; y la habilidad para las caracterizaciones. Como siempre, Agatha.
hace 4 años