Si en la novela negra abundan los clichés, más manidos son esos clichés cuando el libro contiene elementos de humor. Ante ese abuso de las características del género, una obra como “No cerramos en agosto” podría haberse tachado de tópica si no fuera por la originalidad y la ironía de su autor a la hora de abordar los personajes, situaciones y descripciones. Con el punto de partida de un becario explotado en una agencia de detectives de Barcelona con un contrato basura durante el verano, el protagonista inicia la investigación de una esposa desparecida de la que su marido sospecha que no ha sido una fuga voluntaria. Tirando del hilo y de pistas, a través de personajes de una lograda originalidad como el viejo Recassens, Jordi Viassolo encadena pesquisas logrando con la historia una de las máximas del género: retratar la sociedad y el momento histórico de la época y el lugar en que se ambienta la historia (la Barcelona previa a la pandemia). Con un estilo personal en su escritura (otra de las máxima de los buenos autores), Palomares logra trazar personajes con claroscuros y contradicciones, y de fondo, una pequeña sátira a los clichés antes mencionados gracias a los momentos del chanzas y bromas sobre la profesión del detective protagonista. Libros del Asteroide, una vez más, apuesta por la originalidad y la calidad con un autor del que queda pendiente la lectura de “Igual que ayer”, la segunda de sus novelas protagonizada por Viassolo y de reciente publicación. www.antoniocanogomez.wordpress.com
hace 1 año