Joaquín Gutiérrez (1918-2000) figura cimera de la literatura costarricense es , sin duda, el más internacional de sus escritores. En palabras del ensayista Álvaro Quesada "Joaquín Gutiérrez es el creador de una de las obras novelísticas de mayor envergadura y riqueza de la literatura costarricense. Su obra narrativa reelabora, de manera polémica e innovadora, la tradición literaria costarricense anterior y contemporánea, y se ubica en el nivel de la gran literatura latinoamericana de su tiempo. En su producción narrativa (...) retoma la preocupación del viejo costumbrismo nacional para dar rango literario a la vida popular y al lenguaje vernáculo y coloquial de Costa Rica, pero le otorga un significado nuevo al despojarlo de los resabios estereotipados o pintoresquistas, discriminatorios y burlones..." Publicó seis novelas (Manglar, Puerto Limón, La hoja de aire, Cocorí, Murámonos Federico y Te acordarás hermano), tres de ellas traducidas a doce idiomas y premiadas en Chile, Cuba y Costa Rica; tres poemarios (Poesía, Jicaral y Te conozco Mascarita); uno de memorias (Los azules días), y cuatro traducciones de Shakespeare (El rey Lear, Hamlet, Macbeth y Julio César). En China, a partir de versiones en inglés, tradujo al castellano diversas obras de Lu Sün y Mao Tse Tung. Murámonos Federico ganó en 1973 el Premio Editorial Costa Rica de novela y fue publicada al año siguiente. Joaquín Gutiérrez recibió el Premio Nacional de Cultura, máxima distinción en el campo cultural que otorga su patria y fue miembro de la Academia Costarricense de la Lengua; la Universidad de Costa Rica le confirió el Doctorado Honoris Causa y, al concluir 1999, el diario La Nación lo declaró personaje del siglo en la literatura nacional. Su busto en bronce se exhibe permanentemente en el Teatro Nacional.