El mundo que conocían no es más que un gigantesco montón de ruinas y cadáveres. En apenas unos segundos, Dídac y Alba se han quedado solos en la Tierra. ¿Serán capaces de sobrevivir a la destrucción del planeta?
Un niño mulato de apenas nueve años y una chica de catorce convertidos en los nuevos padres primigenios, ¿lograrán materializar el segundo origen de la Humanidad y evitar la extinción de nuestra especie?
En su nombre lleva implícito el renacer de un nuevo día, en sus genes, una valentía impropia de su edad: Alba está dispuesta a todo para que el planeta vuelva a ser de los hombres.
"Mecanoescrito del segundo origen" fue publicada en catalán con el título "Mecanoscrit del segon origen". Desde 1974 hasta hoy, se ha reeditado en múltiples ocasiones y, a pesar de que no fue escrita para el público juvenil, entre los lectores adolescentes, especialmente entre los catalanes, es una novela de culto.
El secreto de su éxito quizá radique en la sencillez de la prosa o en la cercanía geográfica de los protagonistas, ambos de Benaura, una pequeña villa catalana. Sin embargo, no debemos olvidarnos de Alba, que ejerce sobre el lector una atracción extraordinaria.
Imagino a Dídac conduciendo un viejo tractor, recorriendo las carreteras catalanas en busca de supervivientes; imagino a Alba, completamente triste, completamente bella, la mirada perdida en el horizonte, la espalda contra la de su acompañante, el fusil apoyado en su mejilla color melocotón salpicado de canela, el pelo a merced del viento, envuelto en el cañón de un arma que apunta al cielo; la imagino resulta, decidida, dispuesta recuperar lo perdido; la imagino tan segura que, si el mundo se acabase, yo querría quedarme con ella.
Alba hace honor a su nombre, es renacer y esperanza, y es, sobre todo, un homenaje a aquellas mujeres que no conocen la palabra rendición y luchan hasta el final por lo que quieren.
hace 7 años
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