El autor vuelve a sorprendernos con un viaje que nace y vive en el alma, narrando la vida y milagros de una saga: los Morgan. Su tránsito comienza en Gortmore, un pequeño pueblo de Irlanda, a comienzos del siglo XIX, y tras la diáspora, transita hasta mediado el siglo XXI. Un argumento cargado de compromiso personal y político, de amor y lucha, de cordura y de locura, que conviven en una equilibrada novela. Su construcción sólida y obsesiva, se ve reflejada en una encadenada trasgresión moral y el continuado fluir de personajes, que danzan en ese territorio que está entre la vida y la muerte o quizá más allá. El relato nos conduce a un escenario de ficción futurista, en donde la vida humana nos parece inaguantable. La gran urbe de Nueva York y el callejón el-Qadir contrastan con los espejismos del desierto, llenos de luchas ideológicas, de locura destructiva y el amor como única vía de salvación. Cuando ya no parece haber salida, el protagonista, el tercer eslabón de la saga, intenta revivir su pasado, volviendo a sus raíces irlandesas. La trama une el desierto con el urbanismo descreído de Nueva York. Se entremezclan oníricos cuentos que le dan una estructura peculiar al relato, de ahí que este libro no sea una novela de misterio, sino un misterio transformado en novela, en donde los personajes no están solos, ni la realidad se reduce a ellos mismos.