Los viajes marítimos de Portugal convirtieron al país, hace ya más de quinientos años, en el pionero de la globalización. El imperio portugués esbozó entonces el patrón de los posteriores imperialismos occidentales. Pero la portuguesa es también la cultura que ha ofrecido al mundo autores como Eça de Queirós, Camões, Pessoa o Saramago, la cuna del fado y de polémicas estrellas balompédicas. Y es asimismo, actualmente, un Estado con una economía frágil que ha necesitado un rescate financiero. ¿Cómo comprender a los portugueses de nuestros días?