Se reúnen en este libro textos de cuatro autores peninsulares (un madrileño, dos gallegos y un portugués) que por distintos motivos vivieron una época en Inglaterra y contaron lo que vieron.
El genial dramaturgo Leandro Fernández de Moratín a finales del siglo XVIII, llega desde Madrid becado por Godoy –tras pasar rápidamente por París, donde empiezan a rodar cabezas-, y describe un Londres todavía pueblerino y algo zafio.
Un siglo después, en 1888, el cónsul portugués José Maria Eça de Queirós, tras pasar por La Habana y por París, es destinado a Newcastle primero y después a Bristol. Su Inglaterra ya es sofisticada, culta y elegante.
Con el nuevo siglo, el joven periodista gallego Julio Camba, que ya había estado de chico en Argentina –de donde fue expulsado por anarquista- y en Turquía y París como periodista, llega a Londres de corresponsal de El Mundo en 1888. Sus crónicas tiene ya todo el ingenio que lo haría famoso.
Y por último el periodista Augusto Assía, que llega en 1933 expulsado de la Alemania nazi y que acabaría viviendo la Segunda Guerra Mundial en Londres.
Se cubren así dos siglos en los que los cuatro cronistas mantiene un denominador común: la pluma certera y el sentido del humor. Y la niebla, claro.