Este libro cede la palabra a las adolescentes y nos invita a escucharlas y a verlas a través de sus reflexiones, sus dudas y sus aciertos, así como a llorar y a reírnos junto a ellas. Es un llamamiento para estar atentos a lo que no quieren y a lo que necesitan. Durante seis meses, la autora reunió a trece chicas para que hablaran de los temas que necesitaban compartir y debatir. Éstas son sus voces; basta acercar los ojos y el corazón a este libro para sentir la frescura y el entusiasmo con que cada una de ellas se ha lanzado a hablar, a escucharse y a abrirse a su propia intimidad y a la de sus compañeras. Es un libro que, al enseñarnos a acercarnos al otro, también nos enseña a acercarnos a nosotros mismos para que no olvidemos la importancia de ser joven de tiempo y de alma.