El sueño de Kelly era escribir, y lo alcanzó con 16 años al publicar su primera novela, Nuestro Big Bang.
El sueño de Graham tenía que ver con el hielo en todas sus formas, y llegó de la mano del hockey al estrenarse como jugador estrella del Boston Bruins antes de acabar el instituto.
Pero Kelly entra en bucle en su escritura y no consigue dar con la idea para su próxima novela. Y Graham se lesiona en un partido y queda a la espera de una operación crucial que decidirá el futuro de su carrera.
Un callejón sin salida para los dos que se abre cuando Kelly, que necesita el dinero, acepta la propuesta de escribir la biografía de Graham Scott. Graham acepta conocerla y piensa que será la primera y última vez que vea a la rubia de ojos grandes, porque no tiene ninguna intención de que ni ella ni nadie escriba su puñetera biografía. No está acabado.
Aunque ambos creen saber quién es el otro, entre entrevistas, paseos por el TD Garden, partidos de hockey sobre hielo, bordados de colores, libros y tatuajes ridículos descubren que son mucho más que la escritora en crisis y el irritante deportista de élite lesionado.
Kelly ya nunca verá igual a los insectos.
Graham lee maravillado la primera novela de Kelly.
Y empieza a surgir una nueva pregunta: ¿son los sueños alas o raíces?