Si examinamos las pruebas y tribulaciones, las guerras y demás conflictos, cada acto de injusticia en cualquier lugar de la tierra, veremos que todos están enraizados en los corazones humanos. La codicia, el deseo de agredir y explotar, el afán de robar los recursos naturales, el amor desmedido por la riqueza y la posición, y otras pasiones desaforadas son manifestaciones de enfermedades localizadas exclusivamente en el corazón. El criminal, el ruin, el violador, el malediciente, el desfalcador y el rencoroso hacen lo que hacen llevadospor un corazón enfermo. Así pues, si queremos cambiar nuestro mundo, no debemos empezar por rectificar el exterior: debemos cambiar nuestro estado interno.Todo lo que vemos fuera de nosotros procede en realidad del imperceptible mundo interior. El mundo feno- menológico emerge del mundo imperceptible, y es de ese ámbito imperceptible de nuestros corazones de donde surgen todas las acciones... En el mundo moderno nos resistimos a preguntarnos –cuando vemos las cosas terribles que están sucediendo: “¿Por qué ocurren?” Pero si nos lo preguntamos con total sinceridad, nos llegará una respuesta contundente: “Todo eso viene de vosotros mismos.” Nos lo hemos hecho a nosotros mismos en una multitud de formas. Esta es la única postura potenciadora que podemos adoptar.Este libro ofrece una introducción perspicaz a uno de los problemas religiosos más antiguos: la purificación espiritual del corazón. Lleva al lector a través de un texto bien conocido de la tradición islámica, y aporta comentarios sustanciales que son de gran relevancia en nuestro tiempo y para gentes de cualquier corriente religiosa.