Bienvenidos al pozo, una caverna insondable con mil galerías y túneles, fortalezas pétreas cerca de la superficie y barrios profundos de nichos cavados en la roca. Este es el escenario, brutal y despiadado, en el que habita Veintiuno, un joven que pasa las horas envuelto en una nube de bok en la casa del humo, desde donde interpreta sus posibles destinos: entregar su cuerpo al dios de la mecánica y ser útil en una excavación sin fin, convertirse en un paria o, finalmente, ascender a través de los bajos fondos, pero deberá pagar un alto precio por medrar.