La paradoja del comediante es una obra maestra de galanura y sutileza. Diderot, hombre de saber ecuménico y escritor admirable, reunió en la páginas de eeste ensayo en forma de dialogo sus reflexiones sobre el actor y el arte de la interpretación. Para Diderot, el verdadero actor no vive su papel, sino lo representa. Y es mas veraz y mas comunicativo y capaz de suscitar la emoción cuanto mas reflexivo y frío es en el desempeño de su tarea. De ahí la paradoja.