La decadente Praga durante el declinar del Imperio Austrohúngaro es el escenario elegido por Gustav Meyrink para situar a los estrafalarios personajes de La noche de Walpurga. En medio de una revuelta popular, la duquesa Zahradka y los apolillados personajes que la rodean contemplan estupefactos el desmoronamiento de su mundo aún sin plena conciencia de su finitud. Pero en ese universo agonizante, la pasión y el deseo de Polixena y su joven pretendiente Ottokar les permite dejarse arrastrar por el delirio de la noche de brujas cuya extraña magia podría hacer realidad sus presentimientos.
La noche de Walpurga, título original del libro, hace referencia a la madrugada del 1 de mayo, noche en la que, según las tradiciones germana, celta y vikinga, se adoraba a varios dioses relacionados con la fertilidad y el fuego para celebrar el equinoccio de primavera.