María Magdalena fue la mujer escogida por Jesús de Nazaret como primera destinataria de sus revelaciones y los secretos de su sabiduría, y el entorno de Jesús no entendió por qué confió a ella secretos que escondía a sus discípulos más cercanos. Según los evangelios, Jesús resucitado apareció ante ella en primer lugar y, como mensajera, la envió a comunicar la importante noticia a Pedro y a los demás apóstoles, escondidos y atemorizados tras la crucifixión. Desde los orígenes del cristianismo se tejió en torno a María Magdalena una tupida red de leyendas y falsedades.