– GUSTARÁ: A los amantes de las grandes y extensas obras de fantasía épica y ciencia-ficción donde un nutrido grupo de personajes se dan cita para crear un compendio de temas y aventuras complejas que obligarán al lector a prestar toda su atención para no perderse por las laberínticas ramificaciones que tiene la obra. Emocionará también a todos aquellos que fantasearon sobre un tablero de rol con mundos lejanos de fantasía plagados de criaturas extrañas a las que descubrir a golpe de infortunios. – NO GUSTARÁ: A los que gustan de una literatura más corta y simplificada. Tampoco encandilará a aquellos que no casan con la fantasía épica extensa y de un reparto amplio y complejo. Los que no mantengan todavía algo de la mirada de aquel niño que fueron hace tiempo no podrán entrar al fondo en la presente obra, pues el portal que los debe trasladar hasta allí no funciona con carburante de adulto. – LA FRASE: “Le encantaba leer a escondidas una y otra vez un libro que su padre guardaba en la estantería más alta de la biblioteca personal que poseía. Se trataba de un tomo que versaba sobre los misteriosos ninjas orientales. Restelia quedó prendada de su cultura, no solo por el halo mágico que les rodea a los guerreros de las sombras, sino por el papel que jugaban las mujeres en esta sociedad clandestina, de tremenda igualdad con sus compañeros masculinos. Lo tuvo claro, quería convertirse en kunoichi, aunque le desagradaba profundamente la parte relacionada con la seducción empleada como arma”. – RESEÑA: Al final de la película Ultimatum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still, 1951) se avisaba a la humanidad de que una escalada de violencia injustificada ocasionaría el fin de la civilización y de la propia Tierra. Una raza extraterrestre venía a judicializar las abyectas y temerosas acciones de los humanos en relación con una estructura armamentística que ya estaba tomando trazas nucleares (recordemos que eran tiempos de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia). La humanidad nunca ha estado tan cerca de la aniquilación. El claro mensaje que daba la película era que mediante el conflicto armado y la violencia no había ningún futuro posible. Solamente a través del pacifismo y el ecologismo las distintas sociedades del universo serían capaces de progresar en armonía y convivencia. En el libro que nos ocupa hoy La leyenda del tercer vuelo también se consigue abortar in extremis un terrible apocalipsis. A partir de ahí se abrirá el telón de la imaginación a un vasto universo repleto de texturas, diversidad de razas alienígenas y pugnas por el poder. Cohabitarán pues distintas realidades y sensibilidades fruto de la colisión de intereses e ideales. Tenemos entre manos un manual heterodoxo de la fantasía más ecléctica que bebe de fuentes tan diversas como El señor de los anillos, Warcraft, Las crónicas de la Dragonlance, Dune, Fundación, Los cuentos de Terramar e incluso trazas de los universos de Riddick y Starship troopers. En este libro de proporciones hercúleas hay tiempo para todo y para todos. En más de ochocientas páginas se sucederán todo tiempo de peripecias, aventuras y filigranas narrativas de toda índole. El estilo que nos presenta el autor es de un motor diésel cinematográfico. En el descomunal mundo que se nos sirve en bandeja de plata habitan un sinfín de personajes que interactuarán con aplomo lógico según sus intereses de supervivencia y preponderancia para salvaguardar a cada respectivo pueblo. En La leyenda del tercer vuelo todo es faraónico, empezando por el propio trazado de su geografía que maravilla desde las primeras páginas hasta su lógica fantástica deudora de grandes tardes (y noches) jugando al rol con dados de múltiples caras y colores, atiborrándonos con cheetos, patatas fritas, ganchitos y fanta de naranja. Y todo para vivir en un mundo lejanos plagado de terribles peligros. Allí estuvimos sentados entorno al Dungeons & Dragons, al Hero Quest, al Magic, a La llamada de Cthulhu o al Warhammer 40.000, entre otros muchos. La leyenda del tercer vuelo es la primera parte de la colosal trilogía de Cix Valak. Destaca por su desinhibido juego narrativo de distintos planos y sensibilidades. Esto hace que el reparto coral de sus personajes nutra de férreos e interesantes vínculos al lector ávido de líneas argumentales múltiples y complejas como son las que aquí tenemos. También hay que destacar que pese a ser una novela extensa, su ritmo cámara al hombro, muy visual y en ocasiones frenético, hace que el lector no bostece ante descripciones demasiado tolkianas sino que, por el contrario, quiera más dosis de lances. A tener en cuenta el glosario que el autor introduce en las últimas páginas del libro. Con esto se pueden hacer una idea de que este comodín para olvidadizos es fundamental en aras de la fluidez lectora, máxime para aquellos que no tienen tiempo para leer diariamente. Esto mismo lo ejecutaba con maestría, entre otros, la gran escritora Agatha Christie con su índice preliminar de personajes. Bendito salvavidas cuando nos perdíamos con tanto árbol genealógico y enredos familiares varios. Además, el libro esconde alguna curiosidad en su interior. Al igual que los muchos mundos y razas que se expanden por este rico universo, la tipología de letra de los propios capítulos de la novela varía en función de la voz que esté exponiendo su juicio en cada momento. Esto hará que el lector fluya mucho más con la historia al identificarse perfectamente con los distintos narradores. Este detalle nos recuerda al efecto usado en el libro La historia interminable de Michael Ende donde el cambio del color de la tipología de letra nos indicaba si la acción se situaba dentro o fuera del mundo de Fantasía. Pero no solamente el “truco” finaliza ahí, también los personajes se comunican directamente (o lo intentan) con el propio lector sin el filtro tamizado del escritor de por medio. Esta herramienta de metaliteratura (siempre que esté bien empleada) incorpora profundamente al lector a la aventura con aquellos personajes que se dirigen a él, haciéndole así partícipe de sus triunfos y desdichas. Como comentábamos al principio de la reseña, La leyenda del tercer vuelo, más allá de reivindicar el juego, la aventura épica y el divertimento literario, exuda por sus poros varias temáticas que hacen de la presente obra algo más que un pasatiempo juvenil. Seremos testigos de excepción de las luchas del poder político, de la hegemonía xenófoba de los poderosos con la velada amenaza permanente hacia los débiles, de la protección del ecologismo, del mantenimiento de las tradiciones culturales y del folclore popular de los pueblos menos belicosos como herramienta de prosperidad. La Madre Naturaleza será por tanto un personaje más en esta Pangea sideral. Y no olvidemos la cuidada edición de la editorial Círculo Rojo que, como siempre, tiene una excelente presentación de materiales, calidad de sus portadas y maquetación de sus obras. Quedamos a la espera de los siguientes pasos de Cix Valak en este mundo suyo que ya es de sus miles de incondicionales y que no para de crecer por toda la galaxia. AVISO IMPORTANTE: “Esto no es un libro, es un objeto mágico que debe ser utilizado con suma responsabilidad. Abre un portal que traslada al lector a otro universo”.
hace 6 años