Esta novela, que transcurre en el Pirineo Aragonés, narra la historia de Valera, llamado Martinica por esa costumbre ancestral de referirse a las personas por la casa familiar en la que residen. Sin embargo, las envidias que despierta por su vida al aire libre hacen que terminen por llamarle Solenco, como a los viejos y solitarios sarrios que viven en lo más agreste y apartado de las cumbres. A través de las diferentes vivencias del protagonista, la novela pone de manifiesto, a través de una narrativa muy amena y un final inesperado, las diferencias que existen entre los cazadores industriales, que crían animales para abatirlos, y los cazadores que realmente velan por el equilibrio de la naturaleza, viendo y escuchando sus necesidades y actuando en consecuencia.
hace 7 años