Un libro muy bien escrito, que hasta la mitad me interesó porque disfruté de la forma que Gabriel Infante tiene de utilizar la lengua. Sin embargo, llegó un punto en el que la historia dejó de interesarme y lo dejé a medias. Lo retomé al cabo de un año y lo acabé incentivada por el excelente uso de la lengua que hace el autor. Creo que simplemente es demasiado largo para lo que cuenta.
hace 2 meses