Podrían decirse muchas sutilezas del mundo, pero hay que reconocer que a menudo puede parecer un inmenso plato de sopa. ¿Y qué decir de la humanidad que lo habita? Aunque parezca incorregible, tratar de comprenderla y de aportar su granito de arena para mejorarla, como hace una pequeña filósofa como Mafalda, es la tarea a la que nos invita Quino, una y otra vez, a través de sus tiras.