El segundo libro de la saga de los Libros de los orígenes empieza directamente con algunas de las secuencias más sorprendentes y violentas que se pueden ver en un libro orientado hacia un público juvenil. Pronto nos encontramos con una separación entre los capítulos según quién sea su protagonista y la época en que están ambientados. Es interesante ver la caracterización de un siglo XIX steammagic, en el que el progreso de una ciudad neoyorkina cercana a la película Gangs of New York se mezcla con la magia más clásica, donde conviven enanos, duendes y otras criaturas mágicas con los humanos. En cada capítulo, nuestros protagonistas se enfrentarán a dragones, hombres de mil años, una tierra perdida en la Antártida o las bandas de Nueva York con el fin de encontrar el paradero de sus padres y salvarles del perverso Magnus el Siniestro, y conseguirán que los lectores se identifiquen con ellos y con sus inseguridades. Uno de los detalles más interesantes son las sucesivas apariciones de paradojas temporales que hacen que los lectores sepan lo que puede suceder pero no crean que está escrito en piedra. Desde luego, una buena sorpresa que bebe de la fantasía más clásica.
Juan Jiménez (Quelibroleo)