Pietro Gebler es un psicólogo infantil especializado en hipnosis. Suele colaborar con la policía en casos criminales porque su especialidad le permite ayudar a niños a recuperar recuerdos traumáticos que son incapaces de evocar.
Mientras trabaja en un caso especialmente duro, recibe la llamada de una colega australiana que le pide ayuda con un paciente, Hanna. Es un caso interesante, pero complicado: Hanna es adulta y su recuerdo infantil es un asesinato que no sabe si cometió.
La casa de las voces, de Donato Carrisi es una novela diferente a las anteriores. En esta ocasión el autor nos plantea un viaje al pasado en el que los recuerdos de la niñez de una mujer adulta son la clave para descubrir si se cometió o no un crimen.
Pietro Gebler es un personaje enigmático. Es un psiquiatra reputado que lleva una vida acomodada junto a su mujer y su hijo. Pero no es oro todo lo que reluce, porque parece tener una relación complicada con el recuerdo de su padre, el señor B. De hecho, es incapaz de entrar a su antiguo despacho.
Hanna, su paciente, es una mujer joven que aparentemente ha llegado a Florencia en busca de respuestas. Pero sus recuerdos son tan complejos que su tratamiento pasará factura a su terapeuta haciéndole dudar no solo de su profesionalidad, sino también de su cordura.
Desde el comienzo de la novela está claro que Hanna oculta más de lo que pudiera parecer, pero a lo largo de las 376 páginas de la novela, Carrisi juega contigo haciéndote dudar constantemente sobre lo que está pasando en realidad.
Al hilo de la trama principal, el autor también nos habla del maltrato que sufren los niños a manos de sus propios padres. Es un tema realmente duro y no lo es menos el proceso judicial que debe llevarse a cabo para poder probarlo y tomar las medidas legales adecuadas para el menor.
Una novela que analiza la psique humana y lo que es capaz de hacer para protegernos del dolor. Y lo hace de una manera opresiva, sumergiéndote en un peligroso juego en el que nadie, ni los personajes ni el lector, salen indemnes. (Ana García, 28 de enero de 2022)