Juanita Reina no era solo una tonadillera, sino una verdadera actriz dramática. Su voz, su ademán y sus dotes expresivas hicieron que la copla, la tonadilla, cobraran un lucimiento total. Todo ello estaba en los duendes de sus manos, de sus pies y de sus labios. Su garganta parecía temblar cuando subía al escenario a expresar, a sentir, cada hermosa canción. Juanita Reina incorpora al folclore español una personalidad y un estilo irrepetibles.