En este libro culmina el original desarrollo con que Roberto Esposito replantea la noción de comunidad, concebida como «revés de la trama» de lo inmune. Lo común no es una determinación impuesta sobre los distintos individuos: prevalece, en cambio, la concepción del munus regido por la ley derivada del «estar juntos» en un ámbito. El análisis, de sesgo hermenéutico, revela y refracta los efectos de sentido que generalmente opacan esa fuerza primera en el discurso teológico, humanístico o biológico. Así, en evidente continuidad teórica, Esposito prosigue la deconstrucción léxica iniciada en Communitas. Origen y destino de la comunidad a contrapelo de la lectura usual entre politólogos y filósofos; su rechazo del pensamiento monológico se extiende inclusive a la «filosofía política» en cuanto disciplina. Nuevamente el punto de partida es la etimología, primera etapa de una trayectoria que procura acentuar la contradicción interna de un horizonte de sentido sólo en apariencia terso y carente de conflictos. Conformados según la lógica inmunitaria, aparatos institucionales, formas jurídicas, Estado, tienden a cerrarse respecto del exterior, en una remisión a lo propio postulada como forma de asegurar el dominio sobre la alteridad. Sin embargo, los acontecimientos más nimios llaman la atención acerca de algo casi no percibido que se nos sustrae con la inmunización de la comunidad: la no pertenencia, la impropiedad de nuestras personas.