En un mundo globalizado donde el estrés laboral está a la orden del día, ¿en qué cosas y momentos podemos encontrar nuestro pequeño Ikigai? ¿Todos tenemos un Ikigai? Y si cambiáramos de trabajo y entorno ¿nuestro ikigai sería siempre el mismo? Ken Mogi, autor superventas en Japón, nos ofrece un punto de vista simple y realista con el que enfrentarnos a nuestro día a día en todas las posibles situaciones que puedan presentársenos. El Ikigai o la razón por la cuál nos levantamos cada mañana lo tenemos todo el mundo aunque no pensemos concretamente en él. Para un bailarín de ballet, su ikigai se encontraría en convertirse en primer bailarín; para un profesor de primaria, bien podría ser el conseguir que todos sus alumnos comprendiesen la lección perfectamente. Con el concepto de Ikigai cada uno es capaz de jugar tantas veces como lo desee dentro de su rutina y con la connotación que ello nos sugiera a cada uno. No tienen porqué ser grandes metas a conseguir, sino simplemente las pequeñas cosas de la vida que nos hagan feliz y nos dibujen una sonrisa: el café recién hecho, el olor a libros viejos, la risa de los hijos… Desde un yokozuna de sumo, hasta un cosplayer de la Comiket manga, esta obra de Mogi, sin grandes palabras y tecnicismos, abre la mente del lector hacia un novedoso y divertido enfoque de enfrentarse a su rutina diaria, dejando fluir los momentos que la construyen y resolviéndonos de manera sencilla y autoresolutiva la pregunta del millón: ¿cómo puedo dejar a un lado lo negativo y centrarme en lo positivo?. (Diana Arrufat, 9 de mayo de 2018)
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