Francisco López Fabra, padre de la fototipografía y la heliografía en España, procedimientos pioneros para la reproducción de documentos antiguos, y responsable técnico del primer facsímil que se publicó en este país, mandó estampar en 1879 su Iconografía de Don Quijote, bellísima obra nunca hasta ahora reimpresa. Se recogen aquí 101 grabados pertenecientes a las más reconocidas ediciones de la magistral novela de Miguel de Cervantes que, a través de dos siglos y medio -desde la versión parisina de 1622 hasta la realizada en 1868 en Madrid, pasando por las exquisitas impresiones de María Armenteros en 1674, de Tonson en 1738 o de Ibarra en 1780- conforman un amplio pero muy selecto muestrario de la historia ilustrada de nuestro más universal e ingenioso hidalgo.