Existe esa creencia de que las mujeres a partir de una cierta edad (y las viudas, por extensión) son seres asexuados que viven en un limbo en el que el placer y el sexo no son necesarios, ni siquiera forman parte de sus pensamientos. Si a esto le unes la raza india y la religión en un ámbito social muy conservador, la cuestión es más peliaguda. Me ha gustado mucho esta novela en el que unas mujeres analfabetas y viudas se reúnen a recibir clases de inglés que se acaban (o prácticamente empiezan) convirtiendo en una cita para contarse historias eróticas de lo más imaginativas en las que las frutas tienen un lugar especial. Pero también es una novela de empoderamiento, de sororidad, de amistad y de lucha por conseguir un lugar en la sociedad que no sea el de mero bulto, un sitio personal y social en el que ser personas con vida y derechos. Mujeres apoyando y ayudando a otras mujeres a cambiar sus vidas y las de los demás.
hace 2 años