Maurice es un niño de campo. Unas veces la granja en la que vive es una jungla y Tarzán y sus amigos luchan contra los peligros que habitan en ella: el león Numa, las serpientes o el mismísimo Bulamutumumo. Otras veces se transforma en algo peor. Teeka es su único amigo, y aunque real, no es más que una oca. Juntos comparten un mundo imaginario, siempre en ausencia de los padres, hasta que un día el accidental cómplice de los juegos infantiles conocerá las leyes que rigen el terrible mundo de Maurice. «Hay historias que nos cuentan solamente cuando somos muy jóvenes, y hay otras que nos las explican de adultos. La mayoría de las historias que nos explican de adultos nos las tendrían que haber explicado de pequeños. Esta es el tipo de historia que tendrían que haberme explicado entonces, cuando aún era pequeño.»