Nadie sabe dónde y cuándo se originó, pero una plaga se ha extendido por todas partes. Los médicos la llaman «Trichophyton draco incendia»; los demás, escama de dragón, una espora que marca la piel de los contagiados con manchas negras y doradas antes de hacerles estallar en llamas. Y no hay antídoto.
La enfermera Harper Grayson está embarazada y ha visto a centenares de pacientes arder... o los veía antes de que el hospital se incendiara. Ahora sólo puede fijarse en las marcas que han empezado a recorrerle la piel. Mientras todo a su alrededor se ve envuelto en el caos por la enfermedad y los grupos que pretenden exterminar a los contagiados, Harper coincide con un misterioso desconocido que deambula entre los escombros con indumentaria de bombero y las marcas de la espora. Sin embargo, no arde. Es como si hubiera aprendido a usar el fuego a modo de escudo para las víctimas... y de arma contra los verdugos.