Resumen

Vilallonga, que definió al realizador italiano como «un hombre de provincias, muy ingenuo y afectuoso con la gente que le gustaba», declaró que a lo largo de su dilatada vida sólo había conocido dos personas que merecieran el calificativo de genio, «Einstein y Federico Fellini, porque lo que éste último hacía y decía no tenía nada que ver con lo que hacían y decían los demás».