Las fábulas invernales son las historias que merece la pena recordar, los relatos que dan calor en los meses del frío y refrescan en verano. Para Jonás Angélico, desterrado en la isla de Bellamar, constituirán la salvación: fabulará para los nativos algunas de sus aventuras como Observador de Artes y Menesteres de la ciudad de Focaris: las intrigas de Maracaldo, donde todo es teatro; las vicisitudes de la Virginátrix, condenada a una casta inmortalidad.... Como si de cajas chinas se tratara, cada historia encaja dentro de otra para componer una visión completa de un mundo fantástico. Bebiendo de diversas fuentes mitológicas y tradiciones, Gardini hace gala de una poderosa imaginación y un magistral estilo en esta obra sorprendentemente original que encierra una profunda reflexión acerca de las grandes cuestiones de la humanidad: la política y la religión, la identidad y las relaciones, el lenguaje, la memoria y, sobre todo, la literatura.