En esta, su primera novela, Fulgor Yacobson ensaya con instintivo dramatismo salpicado de humor (negro por supuesto), la transmutación de una vida simple en un disparatado encadenamiento de accidentes teniendo como marco dos ciudades inclementes: el D.F. y Ciudad Juárez, donde el protagonista de la historia, el escritor Canek Cervantes Trevino, se ve de pronto inmerso en un ambiente de vileza al que siempre ha sospechado pertenecer y en cuyo núcleo palpita una estirpe en extinción, misógina y letal, que en su dinosáurica agonía lanza coletazos desesperados contra todas aquellas mujeres que se atreven a saltar el cada vez mas difuso y, por lo mismo, mas temible, muro de la anacronía. Yacobson, una vez mas, recurre a la nostalgia y en esta nueva apuesta intenta recuperar un DF autobiográfico para criticar sin ambages la forzada cuadratura de la novela negra, tan absurdamente reacia a los cabos sueltos, y adherirse sin reservas a la mas inefable de las verdades, que no es otra que la realidad de cualquier día.