Beckett reúne en esta obra en tres actos todos los ingredientes de la dramaturgia burguesa: trama, personajes, conflictos, situaciones, diálogos y convenciones, para someterlos a una sarcástica operación de desguace. El joven Victor Krap ha abandonado, sin motivo aparente, su hogar, su familia, su trabajo, su novia… y se ha recluido en un miserable cuartucho de pensión para alcanzar una imposible libertad (en griego, Eleutheria), Allí acudirá una insólita galería de personajes -incluidos un espectador y un torturador chino-, que intentarán que Victor se explique para que la obra tenga sentido.