Nos encontramos ante la primera novela de esta escritora escocesa, que ya ha sido traducida a 27 idiomas y galardonada con el premio “Costa Book”. En cierto modo, sorprende que un debut vaya adquiriendo tanta fama, pero tan solo es necesario asomarse a los primeros capítulos de la novela para darse cuenta de su encanto.
La historia comienza con Eleanor, una mujer con ciertos problemas para encajar en la vorágine social que supone la vida diaria. Poco le interesan a nuestra protagonista las conversaciones triviales de la oficina alrededor de la máquina de café, las revistas de tendencias e, incluso, la interacción social en sí misma…o eso es lo que ella cree. A través del desarrollo de la novela, descubriremos a una Eleanor muy especial, conoceremos sus pensamientos y emociones y la acompañaremos en su particular despertar y liberación, hasta de sí misma. También desvelaremos los secretos mejor guardados que han configurado su yo más íntimo.
La narrativa de la autora es capaz de enganchar al lector desde el principio. Nos presenta a una protagonista con tal sinceridad y claridad en su manera de ver y entender el mundo, que consigue que empaticemos con ella desde el primer momento. Gail Honeyman juega con una dicotomía muy interesante a lo largo del libro; conjuga constantemente la hilaridad de determinadas situaciones y reflexiones, con acontecimientos dramáticos. Así pues, la novela no se vuelve ni simplemente cómica, ni extremadamente dramática. Tiene lo justo de ambos géneros, lo que hace que sea un tipo de obra al que no estamos tan acostumbrados y contribuye a despertar el interés nuestro interés como lectores.
A los que decidáis aventuraros entre sus páginas, os espera un sorprendente final, de esos que consiguen que, al cerrar el libro, reflexiones sobre la historia que acabas de vivir, y una protagonista difícil de olvidar. Esta es una novela muy recomendable para todos los que busquéis una trama original, con encanto y personalidad, reflejo del alma de su propia protagonista: Eleanor Oliphant. (Gloria Mª Martínez Tarazona, 21 de julio de 2020)