Tener un libro entre las manos de Ediciones Cátedra es una maravilla. Es volver al pasado, es tener un mundo de información, tanta, que puede ser apabullante. Pero la he disfrutado porque “El Zarco” es muchas cosas.
Son dos amores. Uno desgraciado, tóxico, superficial y vanidoso entre la bella Manuela y el Zarco, un bandido plateado ávido de sangre, riquezas y venganzas. Otro, sincero y tierno, entre una joven huérfana, Pilar, y un herrero indio, trabajador y buena persona, Nicolás. Este empieza rondando a Manuela con el beneplácito de su madre que ve en el joven la oportunidad de escapar del pueblo en el que viven horrorizados ante los continuos asaltos de los bandidos en la zona caliente al sur del Estado de México rica en huertos y frutales. Triunfan los buenos y los malos acaban de la peor manera.
Es una novela ambientada en un momento muy concreto de la historia de México durante la Guerra de la Reforma en 1861. Desfilan ante el lector personajes históricos que Altamirano, liberal, no duda en poner en su sitio. Costumbrista y real, la novela se lee fácil y profundiza en los graves problemas de la época que hoy nos parecen totalmente vigentes salvando las distancias: la opresión y violencia que sufren los indígenas, las mujeres y los campesinos y no solo por los plateados (llamados así por la cantidad de plata que exhiben en sus vestimentas), sino también por las autoridades y por el Estado que nunca está porque hay problemas más acuciantes. El autor denuncia también los efectos nefastos de la guerra civil, una de tantas, que propició la proliferación de numerosos grupos de hombres que vivían del robo, saqueo, secuestro y asesinato. Y, en consecuencia, la aparición también de “vengadores” con la bendición del gobierno.
La novela es una crítica social y política muy cuerda. Y por lo que he leído, por el buen hacer de Cátedra, una obra fundacional de la literatura mexicana ya que el escritor buscaba crear una literatura nacional con un argumento propio basado en los problemas, costumbres e historia del país.
Ya he dicho que triunfan los buenos, pierden los malos. Un drama amoroso en todo su esplendor. Lo de la política, la justicia, la historia, no ha terminado aún. Y no solo en México.
Una buena lectura. (Aida Vert, 23 de octubre de 2023)
hace 1 año