Complemento a la vez que quintaesencia de su obra narrativa, la poesía de Malcolm Lowry no ha sido hasta el momento valorada, ni leída, como se merece. Tal vez era necesario que un poeta de la talla de Juan Luis Panero seleccionara sus poemas más significativos para que el lector pudiera disfrutar de sus imágenes y evocaciones, estrechamente relacionadas con la biografía de Lowry y, por supuesto, con su obra, en particular con su novela Bajo el volcán. «Traducir, o mejor dicho, intentar recrear la voz de otro poeta, eligiendo los poemas suyos que sentía más cercanos, era –y realmente así ha sido– un ejercicio tan difícil como estimulante» afirma Panero. Con ese criterio de cercanía ha seleccionado los poemas, que hablan de la lucidez desesperada con que mira el mundo quien debe darlo todo por perdido; de la soledad de aquel que sólo espera una lenta agonía y cuya «única esperanza está allí, en el fondo de la copa que aguarda»; y de la oscuridad a la que abocan los impulsos autodestructivos, una oscuridad semejante a la que rodea al volcán Popocatépetl antes de que estalle un trueno repentino y largamente temido.