Sara tiene once años y reside en un barrio Madrileño de clase media junto a su familia. Le encanta comer pizza los domingos, jugar con sus amigos y hacer rabiar a su hermana mayor. Su vida transcurre con total normalidad hasta que una tarde su padre muere frente a ella. Este suceso lo cambia todo: la pequeña deja de hablar y se encierra en sí misma. A falta del sustento principal de la familia, la madre de Sara toma la decisión de volver a su pueblo natal en Barcelona. Allí son recibidas por su abuela, una mujer dominante, cuya ambición supera con creces el modesto puesto de ama de llaves que ocupa en la mansión. Ninguna de ellas puede sospechar ni remotamente que, en realidad, la taimada vieja desea enredar al hijo de los señores con la más bella de sus nietas. Sólo un diario personal se interpondrá en sus planes, un pasado que ha permanecido callado más de cien años, a la espera del regreso de su dueña. Entonces, el destino enfrentará a dos hermanas por el amor de un hombre.